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En mis proverbiales paseos por Córdoba, a la que tanto amor proclamo, me he topado con algunas antiguas iglesias, hoy abandonadas, que deberían ser restauradas y destinadas a un nuevo uso.Aquí está la de Madre de Dios, espero que algún día pueda ser recuperada.
En este tiempo que ahora me toca vivir, el de mi jubilación, que me inviten a participar en unas Jornadas Didácticas de las Ciencias Sociales es de agradecer. Este año pienso hablar de la respuesta institucional para la conservación del patrimonio histórico-artístico cordobés entre 1929-cuando la ciudad fue incorporada al Tesoro Artístico Nacional- y 1939.