Nostalgia

Viernes 17 de febrero de 2017, a las 12,30 horas, en la soledad de la antigua Capilla de los Escribanos de Santo Domingo, absorto en un tiempo pasado, contemplando los viejos papeles del archivero De la Torre y del Cerro y una proyección de imágenes de una Córdoba que se fue para siempre; me evadí de las dudas y congojas que me asaltan y no me dejan ser feliz. Me refugié en la nostalgia, en un mundo que ya no existe pero que yo recreé para mí. Todo era fácil y bello, la historia, vivir........Cervantes, Colón, Beatriz, Góngora, el Inca Garcilaso, Ximénez de Quesada y tantos otros personajes eran mis amigos, con ellos jugaba a conquistar las Indias, derribar gigantes, saltar por valles y ríos, volar libre en busca de mil aventuras. Soñé que ya era un historiador famoso y me invitaban a un congreso allende los mares, que componía bellos sonetos y la ciudad se rendía a mis pies. Pero pronto sonaron  las campanas para dar la hora, tuve que despertar y marcharme a casa pues había que comer.Tuve tiempo de comprar el pan cotidiano .Era viernes, como ya dije, tocaban lentejas hechas al estilo de mi madre, ya sabes, quien las quiere las toma y quien no las deja. Y nada más, todo había sido fácil y bello, la historia, vivir.

Genealogías

Conservamos pocos de los archivos nobiliarios,faltan buenos estudios genealógicos; por eso quiero dar a conocer el trabajo del historiador cordobés José María Rey Díaz (1891-1963), autor de una monumental "Historia de la Casa de Cabrera" sobre esta familia de rancio abolengo cordobés y reescrita a partir de una obra de igual título del Padre Ruano en el siglo XVIII. En los documentos que he podido adquirir de su archivo particular he encontrado unas notas manuscritas sobre la ascendencia de don Pedro Ponce

 de León, a quien está vinculada esta estirpe.

Diecisiete

Aún no me lo puedo creer, mis poemas sencillos y fáciles, aparecerán muy pronto recogidos en un libro gracias al editor Calixto Torres, quien se ha empeñado en hacer un poeta de mí. Tengo un cierto miedo, recuerdo lo que decía Federico García Lorca cuando iba a presentar sus poemas en New York y pensaba que el público asistente eran caimanes que querían comérselo. Espero que las críticas no sean muy severas y que haya comprensión para este amateur que ahora publica.

Domínguez

Lo de la magdalena de Proust es absolutamente verídico, lo he experimentado en mis carnes.En mi pueblo, Andújar, hacen unas magdalenas buenísimas; pero las mejores son indudablemente las de la Pastelería Domínguez. Tienen forma de bizcocho y una textura algodonosa y esponjosa que se deshace en la boca y tiene un sabor especial, pues el dulzor es neutralizado con un ligero toque cítrico.No voy a mi pueblo todo lo que debiera, ambos nos hemos olvidado, mi pueblo de mí y yo de mi pueblo....es ley de vida.Pero al morder un trocito de este manjar me vino en seguida el recuerdo de aquellas magdalenas que hacía mi madre en casa y luego llevabamos a hornear a una panadería del callejón del Hoyo.Olores, sabores, recuerdos...todo se ha ido volando pues son ya muchos los años de este sexagenario, pero cuando vuelva otra vez iré a Domínguez a comprar una media docena y dar cuenta de ellas como cuando era un niño, mi madre vivía y yo era un iliturgitano más, no este apátrida huérfano en el que hoy me he convertido.