Alberti

De un tiempo a esta parte lo que veo que se escribe y habla del poeta, dramaturgo y pintor portuense Rafael Alberti, me parece todo bastante impropio de una personalidad de su talla literaria, de ahí que reivindique su obra por encima del hombre y de los avatares de una vida tan intensa como la suya. Ya sé que no es fácil trascender de las noticias fáciles y rápidas, poco pensadas la mayoría de las veces en mi modesta opinión, que estos días se suceden y que pueden ir en menoscabo del verdadero recuerdo que debe quedarnos de este gran poeta. Siempre me gustó escucharlo recitar, en todas las ocasiones que tuve como aquella de la Bibarrambla de Granada de la campaña del Referéndum andaluz, después en varias ocasiones en su Puerto natal, en Sanlúcar ( donde denunció la ira del gobernador civil al reprimir una manifestación) o en Chiclana de la Frontera. En los años finales de los ochenta y en los primeros noventa, asistí a aquellos cumpleaños multitudinarios con que lo honraban sus paisanos, la magnífica exposición de su obra pictórica en una antigua bodega portuense y algún que otro acto más. Por esa suerte que el destino a veces nos ofrece, gracias a los buenos oficios del entonces concejal Luis Suárez y de Carmelo Ciria, fui invitado a compartir mesa y mantel con él y el chileno Matta allá por 1987 y aún recuerdo que de postre pidió "tocinillo del infierno". Al día siguiente, me encontré en mi instituto, cuando me disponía a dar mis clases, el regalo de un libro suyo. "Sobre los ángeles" con esta bella dedicatoria. Por eso me atrevo a pedir que unos y otros lo dejen en paz y podamos volver a disfrutar de sus versos, sin nada que nos confunda.

.