viernes, 28 de junio de 2024
Un pueblo que vale más que un Potosí
La imagen que tengo de Bolivia es la de un país maltratado por la Historia, el que ostenta el record de mayor número de golpes de estado de toda Latinoamérica, el que ha sido expoliado por las potencias imperialistas ávidas de sus recursos y en el que vive un buen número de descendientes de la población autóctona, aimara y quechua en una difícil convivencia con los blancos descendientes de los españoles.
Desde el siglo XVI, la plata fue extraída, de minas como las del Potosí. Luego en el siglo XIX el salitre o guano, por cuyo control tuvo lugar la Guerra del Pacífico en 1879 en la que perdió su litoral marítimo, que pasó a estar controlado por Chile. Después, en 1932, la Guerra del Chaco contra Paraguay, que además de la merma territorial dejó extenuado al país.
Dictaduras, inestables gobiernos, asonadas, revueltas....me vienen los ecos del poema de Nicolás Guillén "Soldadito boliviano", sobre la muerte del Ché en un apartado rincón de este país en 1967, por los soldados mandados por el presidente Barrientos, un auténtico títere de los yanquis que controlaban la explotación del cobre.
A comienzos del siglo XXi surge la figura de Evo Morales, líder indigenista, pero se fue diluyendo en un intricado laberinto de posturas políticas difíciles de entender y que terminaría su gobierno de forma brusca en 2019 en lo que claramente fue ya un golpe de estado junto con una difícil situación económica, ya que depende mucho de los vaivenes de su principal recurso, el gas natural, en los mercados internacionales. Pero su arraigo era muy fuerte y aunque él estaba inhabilitado, su partido Movimiento al Socialismo volvió al gobierno con el presidente Arce, actual mandatario, que el pasado miércoles 25 de junio sufrió un golpe , otro más. Si bien la intentona del destituído general Zúñiga terminó mal, un esperpento en toda regla, un sainete que solo duró dos horas. Me llamó poderosamente la atención la imágen de Arce abroncado al militarote y este agachando la cabeza y replegando velas. Muchas incognitas quedan y no sabemos que futuro le espera a este pueblo hermano.Además todo lo oscurece la pugna que mantienen los que otrora fueron compañeros, Arce y Morales.
Como se acerca nuestro 18 de julio, recuerdo de 1936 en España, he pensado en el presidente Azaña regañando a Mola y a Franco por haberse levantado contra la Republica y los dos cabizbajos, marchándose directamente a un penal militar para aplacar sus ansias golpistas. Pero la Historia no puede cambiarse, solo me queda desear que en Bolivia reine la paz en la ciudad que es su capital y lleva este nombre
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