Plegó a Nuestro Señor darnos cumplida victoria del Rey y moros de Granada, se nos ha entregado la ciudad con la Alhambra. Ya ha dejado el colegio, estrena pantalones largos y un esbozo de bigote se dibuja por encima de sus labios, quizás el primer cigarrillo y una mirada de reojo a la niña del estanco. Rafael Moya va al instituto, con su limpia caligrafía y su buen hacer en el dibujo, muchas horas de trabajo y respeto a los maestros. En Abril, de hace ahora más de sesenta años, se celebran conferencias y exposición de documentos en honor de Isabel y Fernando, tanto monta monta tanto. Don José María Rey, el gran historiador con alma de poeta, habla de Córdoba en la época gloriosa de los Reyes Católicos y allí está
sentado, uno más de los alumnos. Al llegar a casa, impresionado por la historia del hispano Imperio
ha pintado a los monarcas y resumido la charla, Y ahora, a seguir estudiando.
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