jueves, 28 de agosto de 2014

Andújar, libre del contagio

En 1680, Andújar sufrió la epidemia de peste que azotó los reinos castellanos. En la mentalidad de la época, la intervención sobrenatural sería el único remedio contra el mal y así ocurrió en Andújar donde la Virgen María sanó a la ciudad, quedando ésta comprometida desde entonces a realizar como voto de acción de gracias una fiesta a la Purísima Concepción. Pues bien, para la fiesta de la misma a la que acudía en procesión todo el cabildo municipal, se buscaba la máxima solemnidad. Por ejemplo en 1771 el maestro de capilla de la iglesia de Santa María de Andújar,don Juan Bautista Deglamon, compuso unos villancicos, que fueron impresos en ese mismo año en Córdoba y que he tenido la suerte de localizar en el Archivo Municipal de Córdoba, dentro del permiso dado por el corregidor cordobés para su impresión.

miércoles, 27 de agosto de 2014

Szmolka

Estas vacaciones de verano he tenido ocasión de pasar una semana en Granada, visitar la Alhambra, la Madraza, la Casa de los Tiros, reencontrarme con viejos amigos y compañeros de estudios y como no podía ser menos, ir a una de sus librerías universitarias; allí he podido comprar por fin un libro deseado largo tiempo, la monografía que mi querido profesor de Historia Moderna y Contemporea de España, don José Szmolka Clares dedicó al Conde de Tendilla, responsable de la castellanización del reino de Granada tras la conquista y del gobierno del mismo durante el reinado de los Reyes Católicos. Pepe Szmolka, como lo llamabamos sus alumnos, era un hombre cordial con el que lo mismo comentabas un hecho hisórico, que te tomabas una cerveza hablando de lo humano y lo divino. Recuerdo aún un examen final de Historia de España donde la parte fundamental era un comentario de Santiago Carrillo sobre el futuro de España en los primeros momentos de la Transición Democrática. No volví a verlo hasta 1998 y luego supe que en 2003, prematuramente y en plena activadad profesional e historiográfica falleció. Leer a los viejos profesores reconforta y te da alimento espiritual para un nuevo curso.