miércoles, 27 de junio de 2012

A ras de suelo


A propósito de un libro de Michael Seidman
Por Manuel Toribio
    Hace veinte en años en Europa sólo hablábamos de la guerra que asolaba a la ex Yugoslavia. Todos los días asistíamos en directo a través de los medios de comunicación al dantesco espectáculo del genocidio que se estaba cometiendo en los Balcanes. En ese contexto, decidí escribir dos libritos con carácter divulgativo sobre lo que había supuesto para mi pueblo-Andújar-la experiencia de la Guerra Civil española de 1936-1939, pues junto con mi idolatrado Juan Goytisolo, creía ver un cierto paralelismo entre ambos conflictos. Recurrí a testimonios orales, fuentes hemerográficas y archivísticas, textos de la época firmados nada menos que por Miguel Hernández o Ilya Ehremburg. Con estos mimbres, tracé un panorama de la Andújar de aquellos años, con cierta difusión entre mis paisanos, pero escaso eco entre los círculos historiográficos no muy dados a bajar al común para contar  lo que ocurrió en nuestro inmediato pasado y así nos luce el pelo con el cierto desapego que hay entre buena parte de la opinión pública sobre la memoria histórica o el cierto éxito de los pseudohistoriadores revisionistas.
    Sin embargo, cuando ya pensaba que mi aportación iba a pasar desapercibida-quizás  porque no tuviese mayor interés-me encuentro con la agradable sorpresa de que M.Seidman, historiador norteamericano de la Universidad de Carolina del Norte, en su libro “A ras de suelo” , que pretende ser una novedosa historia social de la guerra española, los cita y me dedica frases elogiosas:”ANDÚJAR 1936 es una excelente historia política de la Segunda República. He aprendido mucho sobre el anticlericalismo, las viviendas y la salud de la población .Pienso que el próximo trabajo suyo puede explorar todavía más profundamente estos temas sociales. Además me gustaría saber si las protestas de los patronos( que siempre-según ellos-están al borde de la ruina ante cualquier reforma social) tienen algo de verdad en la coyuntura que se vive en la primavera de 1936. ANDÚJAR EN LA GUERRA CIVIL 1936-1939 me parece también excelente. Soy un poco escéptico cuando los comunistas dicen que todo es por culpa de los anarquistas. Las tropas comunistas también se han retirado sin previo aviso. Sus páginas sobre la difícil supervivencia me han enseñado mucho pero me gustaría conocer más sobre la Intendencia de Andújar. Tal vez Miguel Hernández e I. Ehremburg-comprometidos los dos-han encontrado demasiado heroísmo en la guerra”
     Me llaman las atención varias propuestas de Seidman, como la de trazar un paralelismo con la guerra civil rusa posterior a la revolución comunista y con la guerra de Secesión norteamericana; como también el protagonismo que concede a los soldados anónimos de uno y otro bando, la vida en la retaguardia, los problemas cotidianos, los individualismos, etc. Me recuerda a la película de Berlanga, “La vaquilla”, que pensábamos todos que se trataba de una parodia cómica de la contienda y que de creer a Seidman tiene más visos de realidad de lo que nos imaginábamos: la confraternización entre las tropas enemigas en momentos puntuales, los problemas de abastecimiento de alimentos y otros productos, las deserciones, la vida sexual y sentimental, el día a día de los frentes y de las ciudades .A Seidman no le interesan las grandes batallas ni los grandes personajes e incluso deja en un segundo plano las cuestiones ideológicas y las dimensiones internacionales del conflicto. En España, no he visto que su propuesta haya encontrado  demasiada acogida entre la historiografía académica, pero es un libro sugerente que se lee bien, te hace pensar en lo que realmente preocupa a los seres humanos. En su país, donde hay también interés por nuestra historia-no podemos olvidar que incluso dentro de las Brigadas Internacionales hubo un llamado Batallón Lincoln- si que ha recibido comentarios elogiosos, especialmente de Stanley Payne. En fin, vanitas vanitatis, que me ha gustado que me hayan citado, para qué lo voy a negar.

domingo, 17 de junio de 2012

Alumnos selectos

A próposito de "El profesor Lazhar"
Por Manuel Toribio García
    Ya soy tan mayor que mi promoción fue la que estrenó la Selectividad, en junio de1975, una creación del ministro Cruz Martínez Esteruelas en plenos estertores del franquismo, (en el gobierno de Arias Navarro).Desde entonces, ¿qué ha cambiado en la educación? No sé si mucho, si tenemos en cuenta que a pesar de las transformaciones sufridas, la prueba sigue ahí como una especie de martirio chino para los jóvenes que acaban de terminar el bachillerato y siempre he sido contrario a ella, pues limita el derecho del acceso a la educación superior, como si hubiera que crear un filtro pues el sistema no se fía lo suficiente de lo que se ha hecho a lo largo de dos cursos completos en los institutos.Pero, en fin, ahí está y precisamente ahora le toca el turno a mi hija Ana y para hacerle más llevadero un sábado duro de estudio-y de paso descansar de la Eurocopa, pues me estoy tragando todos los partidos y en mi ruinoso estado físico no es de extrañar que me de algo malo como a aquel estadista hispano que se zampó todos los partidos de la edición de 1972, ya saben a quien me refiero, y terminó con una flebitis -decidimos ir al cine y nos encontramos con esta pequeña joya.
      "Profesor Lazhar", del canadiense  Falardeau y basada en la obra teatral de igual título de Evelyne de la Chenelière, no es una película más sobre la catarsis que la llegada de un profesor especial realiza con una clase difícil, sino una poesía vital en imágenes que descubre las razones para seguir adelante a pesar de la adversidad, para hacernos creer en el papel transformador de la escuela como un lugar donde encontrar ábrigo a la soledad, la tristeza , el desarraigo...Balzac, La Fontaine,Jack London son las armas; pero es este personaje interpretado por Mohamed Fellag, un maestro argelino de oculto pasado e improbable futuro, quien con su humanidad nos reconcilia con una profesión que enseña y educa.La clase se convierte como ,se nos repite varias veces, en la crisálida de la que un día saldrá una bella mariposa. Ah! y si todo trascurre en mi soñada Montreal, mejor que mejor.

Nimitz


Reescribir la historia
Por Manuel Toribio García

Para Eugenio Toribio, pues no estoy tan lejos de él.


Una tórrida tarde de domingo en el junio cordobés, no tengo mejor cosa que hacer que tragarme una película yanqui de 1980. "El final de la cuenta atrás" (dirigida por Dan Taylor, el mismo de  "El retorno al planeta de los simios"), que nos cuenta como este colosal portaaviones, fletado en 1975 y aún hoy activo, se ve inmerso en una tormenta tropical y  catapultado en un viaje a través del tiempo que les lleva nada menos que a la víspera del ataque japonés a Pearl Harbour en 1941. Los  intrépidos y aguerridos marineros están a punto de cambiar el sentido de la historia con sus misiles, modernos aviones y sofisticado armamento; pero el guionista tuvo un lapsus de sensatez y otra tormenta les devuelve a 1979.
     Hay que ponerse en la mentalidad del público que asistía a estas películas en aquel momento, era el comienzo de la era Reagan y los norteamericanos estaban dispuestos a reescribir su historia por la senda del triunfo, olvidando la derrota de 1975 en Vietnám o la afrenta del incidente en la embajada de Teherán ese mismo año de la película, en plena revolución de los ayatollahs.Son tan orgullosos que no pueden aceptar que a veces el mundo camine en dirección contraria a sus sueños, pero la realidad-auténtica verdad revolucionaria -se impone, como diría aquel y mira  por donde el Nimitz participó en una frustrada intervención en el Irán de Jomeini. Luego este mismo barquito intervendría en  la primera guerra contra la Libia de Gadafi (el incidente del Golfo de Sirte), la guerra del Líbano, la de Afganistán y por supuesto en la de Irak. Y en esas estamos, esperando que los americanos pasen página del 11 S, se den ya satisfechos y vengados con las muertes de Sadam Hussein y Osama Bin Laden y así el presidente Obama podrá cumplir sus promesas de paz(!por favor házlo pronto!, que  con Romney no habrá nada que hacer).
     Pero voy a ser sincero, confieso que he pasado un buen rato entretenido con la película, pues nada menos que Kirk Douglas y Martin Sheen son los protagonistas ... y es que un buen film logra abstraerte hasta de esta pre-canícula.Por cierto, que a la misma hora y en otro canal pasaban "Espartaco" de Kubrick y también con Douglas como protagonista. A lo mejor tendría que haber usado el mando a distancia

sábado, 16 de junio de 2012

En Carcabuey


Recordando a Antonio Luque Ballesteros
Por Manuel Toribio García
 

  Reproducimos a continuación el texto de la intervención en la presentación del último libro de este profesor. En primer lugar quiero expresar la enorme satisfacción que siento por poder participar en este acto de presentación del último libro de Antonio .Quiero dejar también constancia de mi agradecimiento al Ayuntamiento de Carcabuey por haberme invitado y a Margarita por haber pensado en mí para estar hoy aquí.
   Antonio Luque Ballesteros encuentra aquí en su pueblo natal, el marco idóneo para hablar de su obra, pues si bien su trayectoria vital y profesional transcurrió la mayor parte en Cataluña y en la ciudad de Córdoba, hay en él un continuo retorno a su tierra, a la tierra de esta población de las Subbéticas que le vio nacer y en la que desde muy pequeño observo como el hombre con su trabajo iba modelando la tierra. La tierra, siempre la tierra, la labor agrícola, el campo, la tierra como un continuo ritornello que marco los trabajos y los días de este intelectual serio y comprometido que fue Antonio.
    Yo lo conocí al comienzo del curso 2000-2001, cuando ocupaba el cargo de asesor del ámbito cívico-social del CEP Luisa Revuelta. Recuerdo que yo estaba recién llegado a Córdoba y él vino a mi instituto  para presentarnos sus proyectos. Luego tuve ocasión de seguirlo en muchos de los cursos que organizó: Recursos multimedia, Renovación pedagógica de las CCSS, Hª y Gª de España de 2º Bachillerato, El entorno urbano cordobés como recurso didáctico, la Hª de Córdoba y sobre todo el que organizó en 2006 y que tuvo una magnífica aceptación  sobre Repensar la Guerra Civil española en su sesenta aniversario, donde consiguió que vinieran a Córdoba los mejores especialistas del tema, sin olvidar tampoco alguna que otra incursión en el ámbito del voluntariado social con un curso sobre las posibilidades didácticas de la labor de las ONGs.
    Por un azar del destino sustituí con carácter provisional y efímero a Antonio en estos menesteres tras su dimisión en Octubre de 2006, ya no se incorporó a sus destinos como profesor, primero en el IES ALHAKEN II y luego en el IES Góngora, pues estaba ya seriamente enfermo y además recuerdo que en mis visitas era mejor no mencionar nada relacionado con la administración educativa, pues  las experiencias vividas lo habían dejado muy tocado.
     Encontró consuelo, quizás no todo el que necesitaba, en su compromiso a través de su presencia en el ecologismo político de Los Verdes y sobre todo en su obra historiográfica. Una obra que venía siendo desarrollada desde muy atrás, y que culminó con su tesis doctoral defendida en 2002 en la Universidad de Córdoba sobre “Las instituciones y la divulgación agronómica en Córdoba y provincia 1780-1860”.De aquel esfuerzo , realizado en el seno del Grupo de Historia Social Agraria, surgieron estos tres libros que constituyen una magna trilogía, una obra coral que comienza en 2004 con “Entre el vapor y el arado romano. Élites, instituciones y difusión del cambio técnico en la agricultura.Córdoba,1780-1870”, continuaría un año después con “Política y fomento en la Andalucía liberal.Agustín Álvarez de Sotomayor Domínguez (Málaga 1793-Puente Genil 1855), ambos dados a la imprenta en el momento más fecundo de su actividad investigadora, que culmina con este “Hacendados, labradores y agrónomos en el marco de la Administración agraria.Córdoba 1847-1885” que la Diputación Provincial ha tenido a bien publicar este año dentro de la colección Biblioteca Nueva.
   Los tres libros mantienen un fuerte nexo de unión, pues son como diferentes tomos de una magna obra y por lo tanto creo que a la hora de hablar de ellos, lo mejor es comenzar por la dedicatoria del primero:
    “ A la memoria de mi padre, labrador por su mano”.
 Pienso que en buena parte estos libros fueron pensados aquí en Carcabuey, entre los riscos de las serranías y entre los olivares. Hay además en Antonio una clara intención de dotar a suis libros de un contenido didáctico y así en la introducción del que hoy presentamos, comienza con una reflexión sobre el papel que en estos momentos actuales tienen las decisiones de las administraciones agrarias, las de la UE, las del Estado, las Diputaciones y los Municipios en las prácticas que deben seguirse en las explotaciones agroganaderas para mantener la biodiversidad y la riqueza de los ecosistemas. Desde la investigación de lo que ocurrió en un pasado no tan lejano, Antonio quiso dar respuesta a un mundo rural que sufre en sus carnes la crisis del modelo económico capitalista.
    Y sin embargo él creía que la respuesta estaba en volver a la tierra, era como uno de aquellos ilustrados de fines del XVIII y comienzos del XIX que buscaban en la aclimatación de plantas foráneas, en los experimentos botánicos, en la racionalización de las prácticas agroganaderas una respuesta .
   Antonio era además un convencido partidario de la economía social, del cooperativismo. Recuerdo las conversaciones con él sobre esta cuestión y como siguió con interés la realización de un libro  que hicimos entre varios miembros de mi familia sobre una cooperativa cordobesa a la que estamos vinculados.
     Comprendemos pues que el motivo central de sus libros fuese la Agronomía así como el análisis de los planteamientos administrativos de las instituciones publicas  sobre el Sector Primario, haciéndolo en un recorrido paralelo al estudio de los principales avatares políticos y sociales  del convulso siglo XIX español. Así ha establecido un modelo de estudio sobre el tema .
      El libro en sí, está estructurado en dos partes, una primera dedicada a la administración agraria, en la que analiza el paso que se da desde ser un mero espacio de representación de los propietarios (los hacendados) hasta convertirse en un instrumento de intervención de los ingenieros agrónomos. En un primer capítulo analiza la organización de la administración agraria en España hasta 1885 , marco en el que surge la Junta Provincial de Agricultura de Córdoba, constituía en 1848, que experimentó diversos vaivenes al socaire de los cambios políticos. Progresivamente los ingenieros agrónomos fueron tomando protagonismo, especialmente destaca el papel desempeñado por don José Mª Rodríguez García desde su cátedra de Agricultura del Instituto Provincial de Segunda Enseñanza de Córdoba-enlazando así con su primer libro donde dedicó jugosas páginas al tema de la enseñanza profesional agrícola como palanca del cambio técnico-Junto con este profesor, la otra gran figura de los ingenieros que estudia Antonio es la de don Juan de Dios de la Puente y Rocha. Precísamente la segunda parte del libro está dedicada a lo que el llama “Materiales”, dando a conocer textos de la época y uno de los más significativos es la Memoria sobre el Estado actual de la Agricultura, industria rural y ganadería en la provincia de Córdoba, redactado por este ingeniero en 1875 y en la que hace una completa descrpción de lña geografía agraria provincial:el medio físico, las comunicaciones , los cultivos típicos de la trilogía mediterránea, las principales plagas y formas de combatirla, los métodos de laboreo del campo, la transformación en productos agroindustriales, la sericicultura, la apicultura, la ganadería,etc.
       No es la única memoria que Antonio seleccionó con buen criterio para esta antología de textos sobre agronomía cordobesa,  destacan también los informes que don Agustín Álvarez de Sotomayor realizó para la Junta Provincial de Agricultura en 1845-se trata del personaje al que dedicó su segundo libro, una modélica biografía de este político pontanés, analizando pormenorizadamente tanto sus escritos como sus actividades políticas, pues fue protagonista de acontecimentos como  la proclamación de la Junta Suprema de las Andalucías de 1835, cuyo epicentro estuvo en mi ciudad natal, Andújar, y a la que Álvarez de Sotomayor acudió como representante de la junta cordobesa en lo que fue un claro intento de afianzar la revolución burguesa en España volviendo de nuevo a la senda iniciada con la Constitución de 1812.Precísamente yo he sido alumno del profesor Juan Machado, que ha estudiado el tema. Puse en contacto a ambos historiadores, iniciando un diálogo fructífero que no duró más pues ambas fallecieron inesperadamente por las mismas fechas. Gracias al libro de Antonio se abrían nuevas hipótesis acerca del movimiento juntero andaluz y es que el caso de Álvarez de Sotomayor nos muestra como algunos de estos junteros quisieron olvidar sus veleidades revolucionarias y evolucionaron hacia otros planteamientos llegando incluso a formar parte del aparato político de la reina Isabel II, por ejemplo en este caso concreto desempeñando puestos como el de Jefe Político de Jaén entre 1840-1842. A este tema dedicó Antonio un estudio que publicó en el Boletín del Instituto de Estudios Giennenses y  me encargo de distribuir entre mis colegas y  de Jaén interesados las separatas de la publicación, pues él no pensaba en sus publicaciones para engrasar un curriculum, sino para que fueran útiles..
     Igualmente puse en contacto a Antonio con el núcleo de historiadores gaditanos intereresados por el tema, pues yo venía de una estancia de quince años como profesor en esas tierras, y Antonio tenía noticias de estudios sobre el Jardín Botánico de la Paz creado por Godoy o en Sanlúcar o de la vinatería jerezana.Le conseguí los libros publicados y él me dio la tarea de distribuir ejemplares de los suyos.
    Esta era mi relación con Antonio. Nos veíamos en el CEP, también nos visitabamos en nuestras vecinas casas  o quedabamos en una taberna de Puerta Nueva, el 6, donde al calor de un medio de vino fraguabamos proyectos, como un curso sobre Historia del Tiempo Presente que luego yo llevé a cabo y que dediqué a su memoria.
    Cuando nuestro común amigo, el catedrático de la Universidad cordobesa, don Antonio Barragán, me telefoneó para darme la noticia de la muerte de Antonio, no me cogió por sorpresa pues conocía su declive, aunque a veces se abría un rayo de esperanza. Me acuerdo ahora de cuando me lo encontré pleno de optimismo en un acto electoral de las Elecciones Municipales de 2007  en la Corredera cordobesa, allí nos dimos un abrazo y quedamos en volver a vernos, aunque ya no fue posible .En el Diario Córdoba publiqué una nota a modo de necrológica que Margarita ha querido ahora que aparezca en el inicio de este libro.
     Pero Antonio , por supuesto que está vivo en sus libros y en todas y cada uno de ustedes , sus paisanos, que han demostrado con su presencia aquí la admiración y el afecto hacia Antonio Luque Ballesteros, un historiador como la copa de un pino, quien como su padre, fue también a su manera “un labrador por su mano”.