viernes, 8 de abril de 2022

Sahara

 Tras un giro brusco de la política exterior, el ala socialista del Gobierno español, con su Presidente a la cabeza, ha decidido reconocer las tesis marroquíes en este espinoso asunto colonial aún hoy no resuelto.

Rico en fosfatos, en pesca y otros recursos, el territorio fue entregado a Marruecos y a Mauritania en los Acuerdos de Madrid, en plenos estertores del franquismo. Mientras que el Tribunal de La Haya no reconocía las pretensiones de Hassan II y el Comité de Descolonización de la ONU urgía a España como metrópoli a no ceder a las presiones de USA y Marruecos, que pensaban  en plena guerra fría en  evitar un gobierno del Frente Polisario, el partido independentista, aliado con Argelia.

Estalló una larga guerra, Mauritania se retiró y el territorio quedó dividido entre el Reino de Marruecos y la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática.Llegó la paz con la promesa de convocar un referéndum supervisado por la Minurso, Misión de la ONU para el Sahara Occidental.Hasta ahora no ha sido posible.

    En 2020, Trump reconoció al Sahara como parte de Marruecos, ahora España hace lo mismo, con la promesa de una autonomía que en manos de la teocracia de Mohamed VI ya nos podemos imaginar en qué consistirá.

Nadie nos da explicaciones, Pedro Sánchez viaja a hacer oficial esta traición a los saharauis sin convencernos. Debemos intuir que detrás deben estar Ceuta, Melilla y la cuestión migratoria. Por lo pronto ya hay secuelas:

 tensiones con Argelia y encarecimiento del gas que de allí nos llega.

Al Frente Polisario solo le queda la opción de la guerra o someterse a esta nueva situación.