viernes, 30 de diciembre de 2011

El problema artístico de Córdoba por Antonio Jaén


El problema artístico de Córdoba según Antonio Jaén
Por Manuel Toribio García

En la noche del 10 de diciembre de 1921 este gran historiador y político pronunció una conferencia con ese título en el Círculo Mercantil por iniciativa de la Junta de Defensa y Progreso y al año siguiente fue publicada en un folleto de 23 páginas, que constituye en palabras del tristemente desaparecido geógrafo García Verdugo un claro alegato conservacionista. Antonio Jaén lo plantea como una reflexión sobre el tema, no un planteamiento electoralista que le sirva para conseguir un puesto en el gobierno municipal, pues no podemos olvidar que acaba de sufrir varias derrotas electorales:”Es la primera vez que fuera del rumor y del debatir de la lucha electoral hablo de política cordobesa”.
El texto nos recuerda a GRANADA LA BELLA de Ganivet y su principal objetivo es captar el alma de la ciudad buscándola entre los  de las civilizaciones que han forjado a la urbe: romanos, árabes, judíos, mozárabes, cristianos. Igualmente quiere denunciar la actitud del municipio cordobés en lo referente al patrimonio, denunciando la escasa preocupación y como el siglo XIX ha tenido para Córdoba el resultado de un vandalismo depredador: caen las murallas, desaparecen torres y puertas como la de Baeza, los templos artísticos se hunden y las colecciones de arte cordobés se venden fuera de la ciudad y del país: pero no todo va a ser denunciar la incuria, abandono y complicidad de los munícipes, sino que también formula propuestas:
  • Creación de un Museo Municipal “relicario donde encerremos, para estudio y comprensión de las gentes todas, el viejo espíritu de Córdoba”.
  • Inventario artístico de la ciudad, tanto de lo atesorado en iglesias como en casas particulares.
  • Estudio-guía de la catedral para su publicación como libro.
  • Conservación-creación de un estilo arquitectónico cordobés, tomando como ejemplo las tres ciudades que superpuestas están sepultadas bajo la actual: romana, árabe y cristiana.
  • Estudio sobre la casa cordobesa.” La nuestra es la casa del Sol, modificada por la latitud, un poco más abierta; pero es la casa típicamente oriental y el patio, sobre todo el patio, cerrado y empedrado...el patio cordobés es sólo el espacio dedicado al Sol.”
  • Recuperar el Alcazar, que deje de ser cárcel
  • Recuperar la Sinagoga y rehabilitar iglesias como Santiago, San Nicolás, San Lorenzo, etc.
  • Recuperar el río Guadalquivir para la ciudad.
  • Acabar con la indiferencia que existe hacia Medina Azahara, que debe ser un polo magnético de atracción universal.
  • Un plan de jardines para la ciudad, citando ejemplos como el jardincito de la plaza de las Bulas o un imaginado Jardín de los Plateros en la Ribera y un Jardín del pueblo en la Plaza del Corazón de María en el barrio de San Lorenzo.
  • Conservar la Huerta del Rey amenazada por los planes del Ayuntamiento.
  • Un programa de esculturas de personajes ilustres cordobeses para los espacios públicos.
El objetivo central es la promoción turística de la ciudad al calor de la Exposición Iberoamericana que se prepara en Sevilla: “Córdoba, no parece oir el formidable rumor espiritual que se levanta en Sevilla”.
Por último, señala cuatro tendencias en la vida de una ciudad:
1ª: REACCIONARIA,  “que vuelve la vista pesarosa y añorante al pasado”.
2ª: CONSERVADORA, la conformista “la que suele creer que lo actual está bien”.
3ª: REFORMISTA, que “quiere marchar hacia delante”.
4ª: RADICAL, apostando por esta última.
Muchas de estas cuestiones ya las había esbozado en su tesis doctoral sobre “El valor artístico del Monasterio de San Jerónimo de Valparaíso”, que presentó en 1908 y que aún hoy permanece inédita.

Nuevas noticias sobre Antonio Jaén


Nuevas noticias sobre Antonio Jaén Morente
Por Manuel Toribio García

Maribel García Cano, la actual directora del IES Luis de Góngora, conociendo mi interés por todo lo relacionado con don Antonio Jaén, me telefoneó al terminar el curso 2010-2011 para indicarme que había encontrado en el archivo de ese centro una serie de documentos que podrían ser de utilidad .El pasado 20 de julio de 2011 disfruté de una mañana de trabajo en ese ajetreado instituto. Maribel depositó en mis manos un viejo sobre en el que únicamente aparecía escrito “Mis Papeles” y el nombre de Antonio Jaén, quien fue director del mismo desde 1931 a 1936-cuando, por cierto, fue destituido de tal título por un tribunal de honor nombrado por el gobierno golpista que le acusaba de rebelión militar (el mundo al revés como todo lo que supuso el 18 de julio de 1936). Una mañana entera de trabajo me permitió conocer nuevos datos de la personalidad de éste que ya considero como el máximo exponente cordobés de la II República, pues a su dimensión política ( gobernador civil de Córdoba y Sevilla, concejal del Ayuntamiento, diputado por la Derecha Liberal Republica en 1931, luego militante del Partido Radical Socialista y por fin en 1936 diputado De Izquierda Republicana en las filas del Frente Popular) se une su enorme obra intelectual, historiográfica, pedagógica y de animación de la vida cultural sin olvidar tampoco su doble misión diplomática en Perú- tal y como nos dejó detallado en su “La lección de América” reeditada en 2005- y posteriormente de 1937 a 1939 como Embajador en Extremo Oriente y Cónsul en Manila.
Ahora con la nueva documentación, que viene a sumarse a la existente en el IES Séneca, aparecen detalles que ayudan a conocer mejor a este egregio representante de la llamada España transterrada del exilio republicano. La mayor parte cartas enviadas a don Antonio por familiares, colaboradores, alumnos y algunas autoridades junto con documentos oficiales como su título de Licenciado en Derecho por la Universidad de Santiago de Compostela ( que venía a unirse al Doctorado en Filosofía y Letras que ostentaba desde 1908), su toma de posesión en el instituto de Cuenca en 1910 cuando aprueba las oposiciones de Catedrático de Geografía e Historia, otros destinos profesionales en Segovia (1912), Córdoba (1918),Sevilla (1921) y por fin de nuevo en Córdoba (1930) y, entre tanto, en 1917, aprueba las oposiciones para Catedrático de historia Contemporánea de España de la Universidad de Sevilla, plaza que nunca llegó a ocupar y que con la nueva documentación se aclara que fue debido a que le suponía una merma de sueldo así como un retroceso en el escalafón, aunque porfió toda su vida para que se le reconociera su condición de catedrático universitario.
De toda la correspondencia destaca la que mantuvo con don José Cruz Conde en 1926, cuando éste desempeñaba el cargo de Comisario Regio de la Exposición Iberoamericana de Sevilla y le pide a don Antonio que se encargue de dar una serie de conferencias dando a conocer la muestra hispalense en Nueva York y Filadelfia dentro de una expedición organizada por el Ateneo sevillano. Y es que nuestro hombre gozaba ya de un enorme prestigio como americanista, que no en balde le lleva a que en 1929 el Ministerio de Instrucción Pública premie y publique sendos libros de texto de su autoría dedicados a la Geografía e Historia de América- éste último ha sido objeto recientemente de una investigación por parte de Luciana Oliveira Correia-Además, se encargaría de presentar la Exposición a través de una serie de conferencias por diversas ciudades del Norte de España .En esta época, el prerrepublicano Jaén se muestra colaborador del gobierno y se ha especulado incluso con la posibilidad de que Alfonso XIII llegara a ofrecerle un ministerio, así en la documentación encontrada aparece una bella postal enviada por un grupo de cordobeses a don Antonio el 29 de agosto de 1925 en la que lo felicitan por la recepción que le ha hecho el monarca en Santander y en la que muy bien pudo formularse dicho encargo.
Los demás documentos aluden a libros publicadas por don Antonio hasta el momento, sobre todo los que dio a la luz en su etapa segoviana como “Retrato de mujeres”, que es un acercamiento a una serie de mujeres destacadas de la Historia de España a partir de las imágenes que el arte nos ha legado de ellas y que merecería 1en 1920 ser reconocido de interés didáctico por el Ministerio, que adquirió 120 ejemplares para su distribución en centros escolares, o el que dedica a “Segovia y Enrique IV” donde partiendo de las fichas que preparaba con su alumnado ofrecía una reivindicación de este rey tan benefactor para Segovia.
De gran valor humano es la carta enviada por su padre desde Malagón en 1927 felicitándolo por una conferencia en el Círculo de la Amistad o incluso una receta de insulina con la que trataba su diabetes, sin olvidar otros temas más conspicuos como el expediente disciplinario que en 1913 le abrió el Ministerio por indicación del director del instituto segoviano al descubrir que había aprovechado un permiso por enfermedad para impartir una conferencia en la Casa del Pueblo de Barcelona y del que salió airoso gracias al perdón regio. También varias cartas que muestran el afecto de su alumnado y de la vida administrativa del instituto cordobés.



jueves, 29 de diciembre de 2011

Una visión de Sanlúcar de Barrameda




Narciso Climent ha publicado ya varios libros de poesía, relatos, estudios históricos sobre las hermandades de Semana Santa _también uno de los más bellos pregones de la misma_, trabajos de investigación y divulgación sobre el callejero sanluqueño, el colegio de La Salle, programas de televisión sobre los pueblos de la provincia y un sinfín de actividades como Catedrático de Literatura de Enseñanza Secundaria y Canónigo de la Catedral de Jerez.
Ya en otra ocasión, escribí que a Narciso le interesaba la historia de su ciudad con los personajes, las costumbres, calles, piedras, edificios, naturaleza…….presididos por la luz que reina sobre su villa natal: la vida cotidiana, los personajes grises y los que pasaron a los libros de historia con mayúsculas, los que trabajaron esforzadamente por la supervivencia o los que vivieron rodeados de lujo: los poderosos y el pueblo llano.
Este hilo argumental sigue vivo en esta magna obra de investigación histórica que ha emprendido con el ambicioso título de “Historia Social de Sanlúcar” y con el subtítulo de “En busca de nuestro pasado”. Es en primer lugar una obra de investigación, vuelvo a recalcarlo, cuyas fuentes son el Archivo Diocesano de Jerez; y quizás uno de los principales méritos de esta obra sea darnos a conocer la riqueza que este fondo documental tiene, para estudiar nuestro pasado, algo que sospechábamos desde hace ya tiempo cuando su archivero Domingo Gil, nos daba noticias y pistas sobre lo que allí había, lo que gracias a Narciso ahora se ha confirmado; pero también el Archivo Municipal y otros.
El profesor Climent, fue un pionero en trabajar en el Archivo de la ciudad cuando allá por los años ochenta se encargó de redactar los apartados referidos a la Edad Moderna y Contemporánea de una “Historia de Sanlúcar”, una obra colectiva patrocinada por la Diputación Provincial. Ya en ella, demostró un enorme conocimiento de la historiografía local: Pedro Barbadillo, Guillamas, la Duquesa de Medina Sidonia, etc., así como de lo que otros autores de talla internacional habían escrito sobre nuestro pasado: Domínguez Ortiz, Temma Kaplan, Paula Demerson, etc..
Todo este bagaje está presente en su obra, sin olvidar tampoco la aportación que desde los institutos y especialmente su querido “Francisco Pacheco”, del que hasta su jubilación fue profesor y varias veces director, haría un grupo de profesorado muy comprometido con el redescubrimiento y revalorización de nuestras señas de identificación culturales.
Centrándonos en el libro que hoy presentamos, tengo que decir que es el tercer tomo que se publica, dedicado a la primera mitad del siglo XVIII y nos promete varios tomos más. Esta magna empresa, no puede menos que recordarnos la que el historiador e ilustrado Velázquez Gaztelu nos dejó escrito hace más de doscientos años y que también ha sido publicada por ASHEA.
En el prólogo del primer tomo de su historia social, Narciso ya nos dá algunas claves de lo que pretende: “Adentrarnos en la intrahistoria de la ciudad , exponer cada uno de sus más significativos hitos sincrónicos, para que a través de su análisis e interacción cronológica, en sanluqueño y el foráneo puedan poseer unos conocimientos del ayer de su ciudad….. Se centra en la investigación y consecuente exposición de la totalidad de la obra en un aspecto esencial de la historia de la ciudad: la sociedad sanluqueña”.
Pero estamos ante un historiador atípico, un compendio de muchas otras facetas: por sus páginas, a veces, se desliza el narrador, el fino literato que recurre a la ironía, a la nostalgia, incluso a la sátira para retratar a los personajes y las situaciones en que éstos se ven inmersos. Siempre se nos muestra como un enamorado de su pueblo natal. Narciso, ya había dado antes muestras de su habilidad en el relato especialmente en otro libro que prologué junto con nuestro gran amigo Eugenio Pérez, titulado “Una ciudad vestida de luz”. Allí afirmábamos que las raíces podían buscarse en autores locales como por ejemplo Manuel Barbadillo _ Como no recordarlo aquí, esta noche, que estamos en su casa, como también a su hijo Antonio Pedro_ Manuel es representante de un costumbrismo literario al que deberíamos acercarnos sin prejuicios, especialmente su libro “ Escombros, materiales para una historia de nuestra tierra”, que tiene mucho en común con el estilo de Climent. También José Luís Acquaroni, autor de la magnífica y galardonada novela “Copa de Sombra”, tan de actualidad ahora que hay tanto interés por recuperar la memoria histórica de nuestra guerra civil.
Todos estos son los mimbres con los que Climent está hurdiendo esta obra aún inacabada “Historia en construcción”. Es un conjunto de libros densos para leer con calma y sosiego, una obra con carácter casi enciclopédico.
Otra segunda aportación es que a partir de ella conocemos casi al más mínimo detalle la historia eclesiástica de la villa: patronatos, fundaciones, obras pías, iglesias, hermandades, ceremonias, rituales, etc..Por lo tanto constituye una contribución a la historia de las mentalidades y de la vida cotidiana contextualizándola además, en la trayectoria de aquella España imperial de esplendido pasado pero que comenzaba a dar síntomas de cansancio.
Sanlúcar fue una ciudad singular en la España del Siglo de Oro, por ser la cabecera de los estados de los poderosos Guzmanes _ Los Medina Sidonia_ y también el antepuerto sevillano, lo que impregnaría nuestro devenir histórico de una marcada vocación americana.
Este tercer tomo se centra en el siglo XVIII y nos anuncia otro más dedicado al mismo periodo, por la importancia que tuvo, ya que fue sin duda el gran siglo de Sanlúcar, cuando como muy bien definió Demerson, la ciudad se dejó arrastrar por la corriente de la Ilustración. Si bien, en un primer momento, el que ahora se aborda, la oligarquía local atrincherada en el cabildo municipal, se mostraría contraria a las reformas, dentro de lo que se ha llamado la crisis del Antiguo Régimen vivido con enorme desasosiego por los privilegiados que tanto tenían que perder.
Además Sanlúcar experimentaba una difícil situación desde que en 1645 tras la frustrada conspiración del duque la ciudad se incorporó a la corona. En 1680, se trasladó a la vecina villa del Puerto de Santamaría, la capitanía general del mar océano y costas de Andalucía, y en 1717 la Casa de Contratación se situaba en Cádiz, dejándonos fuera del comercio americano. La crisis se nota enseguida: disminución de la población, decaimiento del comercio y en general de la economía local.
Pero muy pronto se dan síntomas de recuperación:
• En 1731, construcción de una nueva sede del Cabildo en el barrio bajo.
• 1736, pósito para almacenar el trigo y ofrecer préstamos a los trabajadores del campo.
• 1744, plaza de abastos.
• 1747, levantamiento del muro de las marismas para impedir las inundaciones y poner en cultivo tierra improductiva.
• 1752, catastro de ensenada para conocer la riqueza de la villa. La ciudad, según este informe, ocupa el puesto veintidós en la Corona de Castilla, en lo que se refiere a población.

Sin duda alguna que en el próximo tomo, Narciso abordará los espectaculares cambios de la segunda mitad del siglo ilustrado y especialmente los años bisagra, que dan paso al siglo XIX y que son claves: sociedad económica de amigos del país, jardín botánico, capitalidad de la provincia de Sanlúcar. Las reformas asoman por doquier, afectan a nuestra economía, con el auge de la vitivinicultura, a nuestra sociedad.
Narciso divide este libro en nueve capítulos en los que desmenuza la composición y funcionamiento del Cabildo, la iglesia local, los estamentos sociales, el día a día de los habitantes de la villa.
El marco cronológico lo fija en 1759 que es precisamente el momento en que Carlos III comienza a reinar. Por cierto que en la biblioteca de temas gaditanos se conserva un curioso librito publicado en nuestra ciudad en 1759, dando cuenta de las fiestas que se hicieron para la proclamación del nuevo monarca que venía desde Nápoles a sustituir a su malogrado hermano Fernando VII. Fíjense en el hecho de que ya había edición de libros en aquella Sanlúcar que iba a ser protagonista de la Ilustración en los reinos de Andalucía.
Para terminar y no cansarles más, pues a buen seguro que ya querrán ojear el libro, pedirle al autor que les firme ejemplares y tomar una caña de manzanilla, no puedo dejar de señalar algunos aspectos de mi relación con Narciso. Recuerdo que cuando lo conocí en 1985, yo era un joven y despistado profesor de historia que llegaba al Pacheco, y como él fue mi amigo, mi apoyo ante tantas dudas y vacilaciones. Recuerdo que me dejó leer el manuscrito de su historia moderna y contemporánea y allí ya me di cuenta que era un hombre inspirado por Clio la musa de la historia. Luego compartí con él tareas de dirección del instituto y su ejemplo está presente en mí, que ya llevo cinco cursos de director en Córdoba.
Tampoco puedo dejar de hablar de Sanlúcar, ya sabéis que me considero un hijo adoptivo de esta ciudad, quince años de mi vida los pasé con vosotros, de aquí son dos de mis hijos y tengo una sana adicción por vuestro néctar, la manzanilla. Hace poco volví a pasear por estas calles, me han sorprendido las transformaciones urbanísticas y ciertas perdidas de nuestro conjunto patrimonial. A veces, casi no la reconozco, pero sé que sigue viva.
Tampoco quiero dejar pasar la ocasión de resaltar la gran labor cultural que esta realizando ASHEA, el mecenazgo de los hermanos Romero Tallafigo, de Jose Luís Barrero, Cajasol y la Diputación , como también la imprenta de Santa Teresa que cada vez se esmera más en sus trabajos.
En fin, concluyo ya, os animo a leerlo, a que le hagáis un hueco en los anaqueles de vuestras bibliotecas. Pocas ciudades se pueden vanagloriar como la nuestra de tener una producción historiográfica de tanto alcance.

Testimonio de un historiador del arte en el Jaén de la Guerra Civil e immediata posguerra

4. josé cádiz salvatierra...

En Colliure





            En relación con el artículo publicado por Benjamín Prado, el pasado 16 de noviembre de 2008 pidiendo que retornen a España los restos de Antonio Machado, quisiera mostrar mi desacuerdo. He tenido ocasión de visitar en las vacaciones de verano su tumba en Colliure y allí he comprobado la dignidad con la que nuestro poeta descansa. Su tumba está situada en un lugar central del pequeño y coqueto cementerio junto con los restos de su madre. Numerosas placas y recuerdos dejan testimonio de visitas de colegios, institutos y asociaciones culturales españolas, pero ni un solo detalle por parte del Gobierno Español ni de la Junta de Andalucía.
En Colliure, Machado ahí está el libro de Gibson para corroborarlo fue bien acogido, la familia Quintana lo trató como uno de los suyos. Se conserva la casa en la que murió en una calle que hoy lleva su nombre, y hay proyectos en este pequeño y bello pueblo turístico para profundizar en el conocimiento de su obra. Recuerdo que el primer día que visité la tumba, lo hice con mi mujer y mis hijos, recitamos versos de D. Antonio y tuvimos un momento de silencio, hasta que otra pareja de españoles llegó a preguntarnos si esta era la tumba de Azaña. Al día siguiente volví a ir yo solo y contemplé como una mujer ya mayor, quizás alguien del cementerio, quizás por iniciativa personal regaba las flores de su tumba. Si la familia de Machado decide que vuelva a España que así sea; en caso contrario, Colliure es el mejor sitio para alguien como él, que partió ligero de equipaje. ¡Ah!, gracias a la profesora francesa Michele Darmon que nos organizó el viaje.
Manuel Toribio García.