martes, 19 de enero de 2016

Far West

Desde pequeño siempre he soñado con ser un indio del Lejano Oeste norteamericano; me da igual apache, comanche, navajo, mohicano o de cualquier otra tribu. Apelo al buen salvaje que llevo dentro, al ser humano que huye de imposiciones y convencionalismos. Vivir solo en comunión con la naturaleza y entender que los seres humanos no somos los dueños ni el centro del Universo, sino una brizna de hierba que se deshace cuando sopla el viento. Y todo ésto lo digo a propósito de unas Jornadas a las que he podido acudir celebradas el pasado 16 de Enero en el madrileño museo Thyssen.

lunes, 11 de enero de 2016

Naufragios

Así se llama el relato que nos dejó escrito Álvar Núñez Cabeza de Vaca (Jerez de la Frontera 1488-Sevilla 1598) sobre sus peripecias en el Nuevo Mundo. Hijo de una familia nobiliaria de viejo abolengo, militar, miembro del círculo ducal de los poderosos Medinasidonia,explorador de la Florida y del Norte de México hasta el Golfo de California y por mandato del Emperador Carlos, Gobernador del Río de la Plata: pasa por ser el primer europeo que se se maravilló con la visión de ese milagro natural que son las cataratas del Iguazú. Este año pasado, mi buen amigo Eugenio Pérez, auténtico aspirante a cosmógrafo, las ha visitado y ha tenido la deferencia de enviarme varias tarjetas postales desde allí. Pues bien, husmeando en mis viejas notas de archivo, he localizado una referencia a un Álvaro Núñez Cabeza de Vaca, hidalgo jerezano casado con doña Catalina Romero Eón del Porte, benefactora de la Hermandad y Hospital de la Santa Caridad y Pobres Desamparados de Sanlúcar de Barrameda a mediados del siglo XVIII.Probablemente, se trate de un descendiente del conquistador jerezano y no me he resistido a dejar constancia en mi blog. Residí en esa villa marinera los quince años más felices de mi vida y desde que me marché de ella, me siento un poco náufrago de mi mismo.