martes, 26 de noviembre de 2013

Friday, November 22nd,1963

Estoy tan obsesionado con encontrar un líder político de talla mundial, alguien capaz de resolver alguno de los problemas de este mundo, que ya en dos ocasiones metí la pata al considerar primero que Bill Clinton en 1992 u Obama en 2008 iban a serlo.Luego ya hemos visto todos lo que ha ocurrido, con un sorprendente caso de espionaje global que nos retrotrae a los peores tiempos de la guerra fría incluido.Mi decepción es proporcional al entusiasmo ilimitado y carente de toda base que mostré.Sin embargo, el cincuenta aniversario del magnicidio cometido contra el presidente Kennedy me lleva a recordar aquellos tiempos de la "Nueva frontera", de la extensión de los derechos civiles a las minorías raciales, de la conquista del espacio, de la resolución pacífica de la crisis de los misiles con la URSS, de unas nuevas relaciones con Hispanoamérica.Es cierto que el mandato del glamuroso JFK está lleno también de sombras: Bahía Cochinos en Cuba, inicios de la guerra del Vietnam, bloqueo de sus medidas reformistas en política interior por los republicanos y demócratas del Sur.Hombre contradictorio este descendiente de irlandeses, héroe de la segunda guerra mundial y mitificado gobernante de una nueva Camelot inexistente.Ahora, mi amiga norteamericana, Cristina, me devuelve a la realidad y me hace despertar de mis sueños, pues como ella me dice, si no hubiera sido asesinado y hubiera podido completar su mandato y una posible reelección tendríamos otra percepíón de esta presidencia.Puede que sea así, pero solo con pensar en la relación que mantuvo con mi idolatrada Marilyn Monroe ya me doy por satisfecho.

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