jueves, 21 de julio de 2016

Un verano en Sanlúcar

Entre los viejos papeles del Colegio Santa Catalina de Siena de Córdoba, he encontrado esta propuesta de la Regiduría Provincial de la Sección Femenina, fechada en 1966, referente a la posibilidad de que las alumnas pasasen sus vacaciones en el Centro María Luisa Terry de Sanlúcar de Barrameda. Las afortunadas niñas disfrutarían de un clima más benigno que el del tórrido e infernal estío cordobés, incluso con algún que otro día fresquito cuando soplasen los vientos de Poniente y los navazos rezumasen todo su frescor.Irían a las playas: La Jara, Montijo, Chipiona; al caer la tarde un paseo vespertino por la Calzada para ver la puesta del Sol, los barcos pasar camino de Sevilla o a las aves volar hacia la otra orilla de la desembocadura del Guadalquivir. Con suerte,una excursión a Doñana cruzando en barcaza hacia la Punta de Malandar. Un helado en la plaza del Cabildo, una visita a las típicas bodegas para hacer un nuevo bautismo con el vino local, la simpar manzanilla.Los domingos, misa cantada en la Parroquia de la O con una salve rociera a la Virgen de la Caridad y el 18 de Julio, fiesta nacional, visita de las autoridades y comida de lujo con langostinos, tortilla de camarones y el ajo campesino. Las niñas volvían del Sur totalmente repuestas, daba gusto verlas llegar en un desvencijado autobús a la Plaza del Obispo Fernández Conde en su barrio, Cañero. Por unos días habían cambiado la monotonía anual de una vida provinciana por una breve estancia en lo más parecido que entonces existía al paraíso terrenal.

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