jueves, 15 de septiembre de 2016

Postcrossing

Cada vez que hago un viaje, me suelo enviar una tarjeta postal a mi mismo, lo que ocurre es que luego tardan mucho en llegar pues parece que Correos no les da la importancia que tienen. Los amigos que me quieren de verdad nunca dejan de mandármelas. Las colecciono desde que era un niño y tengo de muchos países y lugares pintorescos. Todo los días, al llegar a casa, lo primero que hago es abrir el buzón, a ver si hay suerte, pero como tantas otras cosas buenas, solo llegan de vez en cuando, tres o cuatro al año y con eso hay que conformarse.

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