Una semana después de la toma de posesión del presidente Biden, confieso que ya puedo estar tranquilo, pues desde las elecciones de noviembre pasado he estado nervioso y expectante, pensaba que Trump era capaz de montar un golpe de estado. Me alegra de que aunque lo haya intentado, haya fracasado.De Biden espero una vuelta a la normalidad institucional y un liderazgo fructífero en este momento tan convulso.Me gustan sus maneras educadas, su aspecto bondadoso y su programaAdiós al déspota tirano.Deseo
fervientemente que puedan restañarse las heridas que ha provocado.Ya sé que los retos de la gran nación americana son muy grandes: la desigualdad social, la xenofobia, el supremacismo blanco, el racismo.También su papel en el mundo, la vuelta a un mulltilateralismo integrador.Además ahí está el COVID.
Pero Biden transmite una serena imagen de paz.Bienvenido, Mr. President
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