lunes, 16 de julio de 2012

S.O.S Regina

Una ciudad como Córdoba, que tiene en el turismo cultural uno de sus pocos motores de desarrollo económico, sin embargo descuida su patrimonio y muestra desdén por la conservación del mismo;de tal forma que esta urbe milenaria sufre, en palabras de nuestro  célebre historiador Jaén Morente, un "problema artístico". A pesar de que desde 1979  la iglesia del antiguo monasterio de Regina -fundada en 1499 por Egas Venegas-tiene rango de monumento con su correspondiente declaración legal, a pesar de que el Ministerio de Cultura en los años 80 lo incluyó en una lista de edificios a restaurar, que su propietario-el Ayuntamiento-realizó obras de rehabilitación de la cubierta...el estado de su fachada es sencillamente lamentable, por ejemplo del arco carpanel de la portada se están cayendo las piedras a grandes cachos y del interior nos tememos lo peor.
   La última vez que encontré abierta la antigua iglesia, pude observar como en su interior se alojaban majestuoos los toneles de una antigua bodega.No sé si seguirán aún ahí, pero ésto me dio pie a proponer que en la misma se alojara un hipotético museo del vino Montilla-Moriles.Como era de esperar, nadie me hizo caso, como tampoco ahora se tomarán medidas.El edificio seguirá en ruína y algún día desaparecerá.Me consta que en el año 2005 , la Gerencia Municipal de urbanismo tanteó la posibilidad de cederlo como sede de la Fundación de Arquitectura Contemporánea, pero no sé que ocurrió, pues ahí sigue Regina, sin nadie que se ocupe de ella y ahora en estos momentos de crisis económica todo será peor.Pero por protestar que no quede y al menos que conste que a algunos miembros de la ciudadanía cordobesa no les da todo igual.

2 comentarios:

  1. Quedan muy lejos aquellos tiempos en los que la ruina, la decrepitud, eran motivo de inspiración para grandes pensamientos sobre la fugacidad, para disquisiciones morales. Ahora, en estos inicios del siglo XXI, las ruinas adquieren un nuevo sentido. Ahora no sirven para planteamientos trascendentales, sino sólo reivindicativos. Pero deberíamos ir más allá y, además de "exigir" (palabra que ha adquirido tintes políticos, como todo lo que nos rodea) su conservación, plantearnos (al hilo de lo que dices al final de tu intervención, sobre la indolencia cordobesa) por dónde anda ahora el norte de nuestra brújula, al margen (y a pesar) del político de turno.

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  2. Para desgracia de muchos, Manolo, no solo Córdoba sufre ese más que "problema artístico", como tú recoges. En muchos lugares, con menos patrimonio que Córdoba, por cierto, el desinterés, la desidia, la apatia y la dejadez más absoluta se está convirtiendo -o ya se ha convertido- en una enfermedad contagiosa e incurable. Y las ciudades, sencillamente, están dejando de ser. Y, al hilo de tus palabras, lo peor es que parece no importarle a nadie.
    Es cierto que ahora quizá el momento no ayude, pero sabemos que no siempre ha sido así. Al menos que queden las palabras, ¿verdad? Un abrazo.

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