miércoles, 9 de enero de 2013

Así que pasen treinta años


Nunca explique hasta ahora mi dimisión como concejal en el Ayuntamiento de Andújar allá por 1983,quizas éste sea el momento.
En 1977, de la mano de mi profesor y futuro alcalde de Jaén, Emilio Arroyo, ingresé en el PSOE mientras estudiaba Geografía e Historia en el Colegio Universitario jiennense.Pero, al trasladarme a Granada para completar mi licenciatura esta militancia quedó un tanto "dormida". En el verano de l982, ya en Andújar, la retomo de nuevo; son los años de intensa colaboración con Juan Machado en la Casa de la Cultura. En las elecciones generales de 1982, las del "cambio", asistí al multitudinario mitin de Felipe González en el Cine Avenida de Andújar acompañado de mi inseperable amigo de entonces y ahora Eugenio Pérez e incluso fuí uno de los que le preparé un completo dossier sobre la situación socioeconómica de la ciudad. Antonio Granados, dirigente del PSOE local, me propuso para el Comité Ejecutivo y comencé a asistir a las reuniones de la Casa del Pueblo en las que se estaba perfilando la candidatura  para las elecciones municipales del año siguiente, en las que iría en séptimo puesto.Mi primer acto electoral tuvo lugar en la celebración del Día de la Constitución en los Llanos del Sotillo junto con el alcalde Juan Conde.
 El Ayuntamiento vivía una crisis irresoluble, en las elecciones del 79 los resultados fueron muy ajustados: nueve concejales socialistas, tres comunistas, ocho de UCD y un independiente (de derechas). Los llamados "pactos de progreso" habían dado la alcaldía a Antonio Gallego, del PSOE, que muy pronto sería expulsado del partido y destituído, corriendo la misma suerte su sucesor Miguel Angel Bellido. En 1982 se rompe el pacto con el PCE y el gobierno municipal queda bloqueado con un PSOE en minoría que no puede aprobar los presupuestos-lo que conllevaba una paralización de la gestión-.
La solución que se le va a dar va a ser un tanto especial, la Diputación nombrará una Gestora Municipal propiciada por la dimisión del concejal independiente y luego por la de otros siete socialistas-en este caso autoinducida desde dentro del partido-.En su lugar, se nombrarán cuatro gestores "independientes"( ya sí se puede decir que claramente afines al  Partido socialista) y otros cuatro del PSOE.Yo era uno de estos útimos.
 A fines de enero tomé posesión de mi cargo de gestor, aprobamos los presupuestos y encima normalizamos la vida municipal con un nuevo equipo de gobierno; pero a los pocos días estalló una "bomba" política.El Tribunal Constitucional falló en el llamado "caso Andújar" por el cual un cargo electo no pierde su condición si es expulsado del partido que lo presentó y así Bellido(que había sido defendido por el abogado Tastet, nieto de Diaz del Moral) recuperaba su condición de concejal. Pero las elecciones municipales de mayo del 83 estaban ya muy cerca, con una campaña muy reñida y unos resultados que vinieron a refrendar nuestra gestión así como beneficiarnos del auge del PSOE que todavía no se había abandonado a la senda del felipismo. Visto desde la perspectiva del tiempo lo de la gestora conculcaba el resultado de las elecciones y la voluntad popular expresada en 1979, aunque tampoco era muy de recibo el acuerdo tácito entre comunistas y centristas para no aprobar nada.
Resulté elegido, nombrado quinto teniente de alcalde y responsable de Cultura, Juventud,Deportes,Educación, Festejos, Beneficiencia-que es como se llamaba entonces a Bienestar Social- y Turismo.Tenía donde ocupar mi proverbial tendencia a la hiperactividad y tengo que confesar que me entregué con pasión a este cometido, quizás con excesivo personalismo y ahora en la distancia veo que yo no era un hombre de partido.Pusimos en marcha la Universidad Popular, el Órgano de Gestión de deportes, la Comisión de Patrimonio...una ingente tarea de muchas personas bienintencionadas. Pero desde el primer momento choqué con las formas de trabajar de Pedro Calero, el nuevo alcalde. Me sentía menospreciado, todo lo quería controlar  Calero desde el gabinete operativo que montó y en cuyos engranajes yo siempre me atascaba e iba de choquetazo continuo con sus colaboradores. Encima no había ni un duro y la cultura había venido muy bien en los tiempos de campaña, pero ahora había otras "urgencias". En Noviembre presenté mi dimisión, y creo que fue lo mejor que hice pues al poco tiempo se desencadenó una ruptura del grupo municipal socialista que culminó en marzo de 1985 cuando cinco concejales abandonaron  el partido por las continuas discrepancias con el alcalde; se presentó una moción de censura que el alcalde se negó a tramitar hasta que el Tribunal Supremo le obligó y así en marzo de 1987 fue nombrado alcalde el popular Luis de Torres.
Mientras tanto, afortunadamente en julio de 1984 yo había sacado mis oposiciones de profesor de Geografía e Historia y además tuve la suerte de que me destinaran  nada menos que a El Puerto de Santa María, con lo cual puse tierra de por medio; incluso me expulsaron del PSOE y no hice nada para evitarlo(tengo que confesar que los motivos oficiales fueron no pagar las cuotas y dejar desatendidas mis  obligaciones en el Comité).Desde entonces, me considero un socialista sin partido.
Nunca di las razones de mi dimisión, sólo una pequeña explicación en una conferencia que pronuncié en Lopera sobre el líder ugetista López Quero en Enero de 1984 y en la que al final de la misma me preguntaron.Además Juan Machado me mandó lejos, a un congreso sobre "Cultura y Sociedad" que el Ministerio de Cultura celebraba en Madrid y así cuando volví  en Navidades ya casi nadie se acordaba de lo que había pasado.Mi dimisión era a título individual, aunque desde un lado y otro se quiso instrumentalizar.
Ahora que se mitifica tanto la llamada "transición democrática" y se habla de que aquella era una "política grande" en comparación con el lodazal actual, he querido contar una historia poco edificante de aquellos tiempos en los que tampoco era todo una maravilla y es que siempre he pensado que lo del "Atado y bien atado" es que cada uno de nosotros, los españolitos de entonces y los de ahora llevabamos dentro unos pequeños dictadores y nuestra cultura democrática era escasa.
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1 comentario:

  1. ...socialistas sin partido... Debería haber una plataforma llamada así... Me apunto

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