martes, 25 de noviembre de 2014

Goytisolo

El panorama político-cultural español no da para muchas alegrías, pero ayer me llevé una al saber que a Juan Goytisolo le han concedido el Premio Cervantes. Desde hace más de treinta años soy un admirador suyo. Llegué a él a través de los artículos que publicaba en el Diario El País, algunos de sus libros de viajes como "Campos de Níjar" o "La Chanca"- de un realismo descarnado-. Luego me entusiasmé con el intelectual rebelde y heterodoxo, una gota de clarividencia en el océano de nacionalcatolicismo reaccionario que nos ahoga. Me impresionaron sus trabajos como corresponsal de guerra en Chechenia, Bosnia, Palestina o Argelia. Caló en mí su interpretación alternativa a la historia oficial, su defensa inapelable del poso mudéjar, su acercamiento al Islam. Confieso que el título de este blog se lo debo a un programa suyo de televisión donde nos presentaba a los derviches giróvagos. Una vez me atreví a escribirle a Marrakech, como era de esperar no tuve respuesta. Hace tres años vino a Córdoba, me acerqué a pedirle que me dedicara uno de sus libros ...y mi brevísimo encuentro con él quedó marcado en esta escueta firma, donde cuesta trabajo reconocer su nombre. No importa, mi enhorabuena y espero que esas cigüeñas que le han traído la inspiración poética en su vejez, sigan siendo generosas con él.

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