miércoles, 8 de febrero de 2017

Domínguez

Lo de la magdalena de Proust es absolutamente verídico, lo he experimentado en mis carnes.En mi pueblo, Andújar, hacen unas magdalenas buenísimas; pero las mejores son indudablemente las de la Pastelería Domínguez. Tienen forma de bizcocho y una textura algodonosa y esponjosa que se deshace en la boca y tiene un sabor especial, pues el dulzor es neutralizado con un ligero toque cítrico.No voy a mi pueblo todo lo que debiera, ambos nos hemos olvidado, mi pueblo de mí y yo de mi pueblo....es ley de vida.Pero al morder un trocito de este manjar me vino en seguida el recuerdo de aquellas magdalenas que hacía mi madre en casa y luego llevabamos a hornear a una panadería del callejón del Hoyo.Olores, sabores, recuerdos...todo se ha ido volando pues son ya muchos los años de este sexagenario, pero cuando vuelva otra vez iré a Domínguez a comprar una media docena y dar cuenta de ellas como cuando era un niño, mi madre vivía y yo era un iliturgitano más, no este apátrida huérfano en el que hoy me he convertido.

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