miércoles, 28 de diciembre de 2011

La II República en Sanlúcar de Barrameda


 
Manuel Toribio García

      Es para mí una satisfacción presentar este trabajo de José Antonio Viejo, que salió a la luz gracias al esfuerzo editorial de ASEHA y al mecenazgo de personas amantes de nuestra historia como Popo Romero Tallafigo. Además el período estudiado es especialmente atractivo pues se trata de la Segunda República y la Guerra civil, tema al que más de 15 mil libros se han dedicado ya y junto con la Segunda Guerra Mundial y las guerras napoleónicas, el de más interés para la historiografía mundial.
    Cada vez cobran más importancia los estudios locales, pues si queremos recuperar una auténtica memoria histórica tenemos que conocer que pasó en cada rincón de la geografía española durantes esos años decisivos. Este es un libro necesario, escrito por un buen historiador y publicado en un buen momento, justo ahora que se cumplen 75 años de aquella guerra, lo que constituye una buena ocasión para repensar y recordar nuestro pasado. La Memoria histórica referida a ese episodio, sobre la que tantas opiniones se han vertido, no es innecesaria como malintencionadamente se ha dicho, sino que se refiere a un pasado reciente que merece ser  conocido y estudiado de manera objetiva, como se ha hecho en las páginas que siguen a continuación.
   Disponemos ya de magníficos estudios referidos a otras poblaciones cercanas referidos al mismo , por ejemplo los del profesor Diego Caro Cancela sobre Jerez de la Frontera, pero de Sanlúcar de Barrameda sólo teníamos una visión fragmentaria y parcial, a pesar de que el hecho sanluqueño del 18 de julio ya llamó la atención de escritores de otros campos diferentes de la exclusiva investigación, como la novela “Copa de sombra” de Acquaroni, el diario “Excidio” de Manuel Barbadillo o  el relato “Cien capítulos de retaguardia” de Domínguez lobato.
     José Antonio Viejo ha publicado varios estudios sobre el tema: movimiento obrero, procesos electorales, vida municipal, etc. Y ahora nos ofrece una visión global realizada con una metodología científica y puesta al día. Me consta que estamos ante un intelectual serio y riguroso, una persona comprometida, uno de los mejores alumnos que tuve la fortuna de tener en el IES Francisco Pacheco y un aventajado discípulo del profesor Julio Pérez Serrano en la universidad gaditana, donde forma parte del núcleo que reivindica la historia del mundo actual, la del tiempo presente. En el año 2001 ya publicó lo que había sido su tesis de licenciatura con el título de “Modernización demográfica y transformaciones de Sanlúcar de Barrameda entre 1900-1936” y ahora  nos ofrece esta visión completísima de lo que supuso la Segunda República y el inicio de la Guerra Civil en esta ciudad en paralelo con lo que ocurría en el resto de España y traza una perfecta radiografía de cómo era  la villa sanluqueña en aquella época, viendo como el que era considerado como un “paraíso” del veraneo sanluqueño ocultaba  una dura realidad de contrastes y conflictos sociales. Y todo ello a partir de la  documentación del Archivo Municipal donde conservan numerosas noticias tanto de los partidos políticos como de las asociaciones obreras y patronales así como la prensa local.
    Seguramente la lectura de este libro será sugerente y llamará nuestra atención e incluso nos incitará a seguir buscando más información para acercarnos lo más posible al conocimiento de esos años .Así será interesante realizar estudios biográficos de algunos de los personajes más significativos, pues constituyen en su microcosmos  individual un buen ejemplo de la trayectoria de aquellas personas que tuvieron un protagonismo mayor; algunos nombres llaman nuestra atención como el republicano Gonzalo Martínez Sadoc, posteriormente afiliado al Partido Comunista y funcionario del Ministerio de Agricultura; los hermanos Arizón, militares que disputaron la guerra en cada uno de los dos bandos con desigual fortuna; Pedro Barbadillo Delgado, representante de la CEDA y miembro de la gestora que dirige el municipio tras el triunfo de los golpistas así como el primero que nos dejó su versión escrita de los acontecimientos; los socialistas Manuel Ruiz Delgado y Bienvenido Chamorro, ambos alcaldes; Fermín Vázquez, concejal portuense de Izquierda Republicana que fue condenado a la pena de muerte y luego salvó milagrosamente la vida; sin olvidar a los que murieron en los primeros días, los izquierdistas y sindicalistas apresados en el castillo de Santiago, los derechistas que cayeron en las primeras refriegas, los que colaboraron con  los sublevados-la patronal bodeguera especialmente- y los trabajadores que sufrieron la represión y que a lo largo de todo el período se nos muestran divididos entre una auténtica aristocracia obrera-los que trabajaban en las empresas vinateras- cercana a la UGT  mientras que los jornaleros, pescadores, albañiles, etc. se acercan al anarcosindicalismo y al abstencionismo político.

   Creo que ASEHA ha tenido una buena intuición al apostar por esta publicación., lo que viene a engrandecer su contribución a la alta divulgación de nuestra historia. Ahora si podemos  abordar con datos y análisis objetivos el pormenorizado bosquejo del transcurrir de esos  años .De los republicanos sanluqueños  hay que destacar sus luces y sus sombras, sus intentos por reorganizar la vida municipal, combatir el paro y apostar por la enseñanza pública pero también sus fracasos en mejorar la situación sociecónomica de la población y lograr un clima de estabilidad política. Si la via revolucionaria seguida por los anarquistas no tuvo los éxitos esperados tampoco la via reformista de la conjunción republicano-socialista consiguió sus propósitos, aunque bien es verdad que tuvo que lidiar con una difícil coyuntura .Al final se impondría la solución de la fuerza de las armas con el triunfo de los golpistas.
    El esquema de análisis de la actuación  municipal se ajusta a los tres períodos en que se divide la Segunda república: un primer período reformista cortado bruscamente por la suspensión gubernativa a raíz del Octubre revolucionario de 1934, la reacción contrarreformista de las derechas-por cierto que a nivel local también están muy divididas entre lerrrouxistas y cedistas-y los frustrados intentos de un cambio profundo de la experiencia frentepopulista. En medio de todo ello, un fuerte movimiento obrero  anarcosindicalista, una patronal defensora de intereses localistas y una  enorme división política tanto a derechas como a izquierdas (por ejemplo en las elecciones del 16 de febrero de 1936 la Falange de José Antonio casi consigue el mismo voto que la candidatura derechista, mientras que los anarquistas propugnan el boicot electoral y el Frente Popular consigue unos pobres resultados).Sin olvidar tampoco el análisis de la repercusión a nivel local de acontecimentos de todo el Estado, como por ejemplo la participación sanluqueña en la “Sanjurjada”, la quema de documentos del Archivo, los episodios de anticlericalismo o la versión local del Octubre revolucionario asturiano.
 En cuanto al hecho sanluqueño del 18 de julio,   la resistencia a los golpistas sería escasa y a los pocos días, al igual que en la mayor parte de la provincia los franquistas toman el control de la localidad y se inicio el ciclo represivo que afectaría a todas aquellas personas con militancia republicano-socialista y a los líderes sindicales. .Sanlúcar probaría el amargo sabor de una “copa de sombras”.
      Cuando allá a mediados de los noventa, nos reuníamos algunos sábados en mi casa sanluqueña de la calle Toni Pala con Tomás García, para charlar de historia, compartiendo inquietudes comunes, soñabamos con que algún día pudiera presentarse un libro  como el que ha escrito José Antonio.Hoy hemos cumplido un sueño.   

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