A propósito de un libro de Michael Seidman
Por Manuel Toribio
Hace veinte en
años en Europa sólo hablábamos de la guerra que asolaba a la ex Yugoslavia. Todos
los días asistíamos en directo a través de los medios de comunicación al dantesco
espectáculo del genocidio que se estaba cometiendo en los Balcanes. En ese
contexto, decidí escribir dos libritos con carácter divulgativo sobre lo que
había supuesto para mi pueblo-Andújar-la experiencia de la Guerra Civil
española de 1936-1939, pues junto con mi idolatrado Juan Goytisolo, creía ver
un cierto paralelismo entre ambos conflictos. Recurrí a testimonios orales,
fuentes hemerográficas y archivísticas, textos de la época firmados nada menos
que por Miguel Hernández o Ilya Ehremburg. Con estos mimbres, tracé un panorama
de la Andújar de aquellos años, con cierta difusión entre mis paisanos, pero
escaso eco entre los círculos historiográficos no muy dados a bajar al común
para contar lo que ocurrió en nuestro
inmediato pasado y así nos luce el pelo con el cierto desapego que hay entre
buena parte de la opinión pública sobre la memoria histórica o el cierto éxito
de los pseudohistoriadores revisionistas.
Sin embargo,
cuando ya pensaba que mi aportación iba a pasar desapercibida-quizás porque no tuviese mayor interés-me encuentro
con la agradable sorpresa de que M.Seidman, historiador norteamericano de la
Universidad de Carolina del Norte, en su libro “A ras de suelo” , que pretende
ser una novedosa historia social de la guerra española, los cita y me dedica
frases elogiosas:”ANDÚJAR 1936 es una excelente historia política de la Segunda
República. He aprendido mucho sobre el anticlericalismo, las viviendas y la
salud de la población .Pienso que el próximo trabajo suyo puede explorar
todavía más profundamente estos temas sociales. Además me gustaría saber si las
protestas de los patronos( que siempre-según ellos-están al borde de la ruina
ante cualquier reforma social) tienen algo de verdad en la coyuntura que se
vive en la primavera de 1936. ANDÚJAR EN LA GUERRA CIVIL 1936-1939 me parece
también excelente. Soy un poco escéptico cuando los comunistas dicen que todo
es por culpa de los anarquistas. Las tropas comunistas también se han retirado
sin previo aviso. Sus páginas sobre la difícil supervivencia me han enseñado
mucho pero me gustaría conocer más sobre la Intendencia de Andújar. Tal vez
Miguel Hernández e I. Ehremburg-comprometidos los dos-han encontrado demasiado
heroísmo en la guerra”
Me llaman las
atención varias propuestas de Seidman, como la de trazar un paralelismo con la
guerra civil rusa posterior a la revolución comunista y con la guerra de Secesión
norteamericana; como también el protagonismo que concede a los soldados anónimos
de uno y otro bando, la vida en la retaguardia, los problemas cotidianos, los
individualismos, etc. Me recuerda a la película de Berlanga, “La vaquilla”, que
pensábamos todos que se trataba de una parodia cómica de la contienda y que de
creer a Seidman tiene más visos de realidad de lo que nos imaginábamos: la
confraternización entre las tropas enemigas en momentos puntuales, los
problemas de abastecimiento de alimentos y otros productos, las deserciones, la
vida sexual y sentimental, el día a día de los frentes y de las ciudades .A
Seidman no le interesan las grandes batallas ni los grandes personajes e
incluso deja en un segundo plano las cuestiones ideológicas y las dimensiones
internacionales del conflicto. En España, no he visto que su propuesta haya
encontrado demasiada acogida entre la
historiografía académica, pero es un libro sugerente que se lee bien, te hace
pensar en lo que realmente preocupa a los seres humanos. En su país, donde hay
también interés por nuestra historia-no podemos olvidar que incluso dentro de
las Brigadas Internacionales hubo un llamado Batallón Lincoln- si que ha
recibido comentarios elogiosos, especialmente de Stanley Payne. En fin, vanitas
vanitatis, que me ha gustado que me hayan citado, para qué lo voy a negar.
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