viernes, 19 de septiembre de 2014

Sinagoga

Se cumple el VII Centenario de la Sinagoga cordobesa y se prepara un magno programa conmemorativo. De la mano del historiador Antonio Jaén Morente, cuya infacia transcurrió en la calle Judíos -donde estaba la casa familiar-, nos acercamos a ella : "Las sinagogas magníficas, sembradas en el área hispánica se rindieron sobre todo, desde 1492. ¿Qué queda de ellas?...Queda esta joya, miniatura hecha a mano de platero-, la Sinagoga cordobesa-. Lámpara viva de la calle humilde, de un pueblo que no tenía voz fue la de Córdoba. La lamparilla judía llegó a ser templo cristiano y acabó albergando, una cofradía de menestrales. Crispín y Crispiniano suceden a la Tora. Vivió como pudo. Fue maltratada por los hombres. El siglo XIX la olvida. En su final, 1885, se despierta el amor por ella. El Estado la hace Monumento Nacional. Los estudiosos la acarician y en fecha no muy remota, alrededor de 1.930 ha sido mejor estudiada. De nuevo, se pudo contemplar una bellísima inscripción: "Santuario pequeño y morada de la confirmación de la Ley, que acabó Isaac Mejel, hijo del poderoso Efraim, Este edificio hijo de una hora en el año de 5.075 (1.314 de la era cristiana)." No está aquí mi amiga francesa, de familia judía, M.Darmon, y hasta que ella no vuelva, prometo no ir a visitar la Sinagoga. Luego, en mayo lo haré con ella, recordando a su padre, el viejo notario Armand, que allá por 2.003, antes de morir, pudo rezar en Córdoba por todos los sefarditas que tuvieron que marchar de aquí.

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