Complicidad efectiva
Por Manuel Toribio García
Para Ana, que me regaló una magnífica carpeta roja donde he encontrado noticias de estos viejos papeles.
En los siglos de la Modernidad, la asistencia médico-benéfica en los reinos hispánicos estaba a cargo de un entramado de pequeños hospitales propiedad de una tupida red de hermandades y cofradías, dirigidas por las oligarquías locales- pues como dice Bartolomé Bennasar , entre ricos y pobres existiría lo que cabría llamar complicidad efectiva, ya que los pobres esperaban de los ricos los medios para subsistir, mientras que los ricos al ayudarles, podían hacerse perdonar su condición y merecer el reino de Dios.-
En 1990, cuando residía en Sanlúcar de Barrameda, recibí el encargo de la Hermandad de la Santa Caridad y Pobres Desamparados de esa ciudad de ordenar su archivo histórico-fruto de lo cual surgió un libro y varias ponencias en congresos-.De la documentación que quedó sin publicar, destaca el Protocolo de Bienes de la Santísima Trinidad, que consta de 193 folios numerados y fechados a lo largo del siglo XVII, incluyendo las casas y censos de la misma.
Esta hermandad es el origen de la posterior de la Santa Caridad, fue fundada por Alonso Fernández de Lugo en 1441 para atender a los soldados veteranos que regresaban de la conquista de Canarias y luego amplió su campo de acción a recoger a los ahogados en el mar y a los difuntos que aparecían por las calles, limosnas a pasajeros pobres, asistencia espiritual y material a los encarcelados, atención médica a los enfermos, etc.
Para estos fines son necesarios cuantiosos gastos, a los que se puede hacer frente gracias a donaciones de tierras y casas, así como a las actividades que se realizan con ellos al ser puestos estos bienes en uso mediante un sistema de censos o tributos y así en 1643 se recaudan 12690 maravedíes, 63 reales y 410 ducados que se cobran cada año el día de la Santísima Trinidad. Todo ello proviene de una amplia relación de casas, casas tienda, solares, viñas, heredades de tierra calma y de tierra de pan sembrar. Las propiedades urbanas se concentran en la Ribera, en las proximidades de la iglesia de la hermandad. En ese año citado de 1643 la hermandad está dirigida por un caballero del hábito de Santiago, siete licenciados, dos alféreces y un capitán, es decir el grupo dirigente. Y entre las personas que aportan dinero a la hermandad a cambio del disfrute de estos bienes nos encontramos al propio Duque de Medina Sidonia y a personas de su entorno como su tesorero, el gentilhombre y maestre de sala o el Padre de Menores y veedor de sus casas junto con otros cargos de la vida municipal como un escribano público y Notario de la Santa Inquisición, alguacil de la vicaría, regidores, el piloto mayor de la flota, un familiar del Santo Oficio de la inquisición, un jurado , etc .también varios comerciantes: librero, mercader, boticario, tendero, mercero . Y oficios varios como dos sastres, labradores, tejeros, albañil, curtidor, zapatero, hombres de la mar, carpintero, santero, etc.
En cuanto a las casas, como dijimos, la mayoría están en la Rivera, en concreto en la Plaza grande hay varias, también en la calle de las Guisanderas, una botica en la de los Bretones ,en la calle del alcoba del agua, en la del arroyo que viene del Cañaveral detrás de la mancebía y pasa por delante de la iglesia de san Juan, en la callejuela del Pozuelo linde con la chanca del Duque y otra en el barrio de Santo domingo, otras que sirven de Guardarropa del duque en la Plaza Alta frente al Corral de los Naranjos de la Iglesia Mayor y linde con la Contaduría, otra en la plaza de la Escribanía, una más en la calle de Comedias en el solar que está enfrente de la Puerta por donde los hombres entran a las Comedias y por último las casa del morisco Alonso Pérez-que habían sido vendidas en pública almoneda cuando la expulsión de los moriscos- y otra en la calle que viene del Horno del Pasaje a la del Molino de Viento junto a la iglesia de Santa Brígida.
Y las tierras se encuentran diseminadas por los pagos sanluqueños: Boca de la Cañada, Pago de Marín Miguel, Pago del Quadrado, Boca de la Cañada, Pago del Carrascal del Cavo, Mayorazgo de Balbedores, Hacienda en la Jara y Pago Burugena dedicadas en su mayor parte a viñas.
Posteriormente, estos bienes pasarían a engrosar los de la Santa Caridad tras la refundación de la misma, pero esa es ya otra historia de la que nos ocuparemos en otro momento.
Una estupenda aportación para conocer mejor la historia, estructura y financiación de las antiguas hermandades y profundizar en las raíces históricas de Sanlúcar de Barrameda. Gracias Manolo.
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